JUBILACIÓN
Preguntas y respuestas
Este apartado contiene un conjunto
de preguntas y respuestas que pueden acercar al lector al tema de la Jubilación
o resolver cuestiones que se pueden plantear los mayores jubilados o próximos a
jubilarse relacionadas con su situación particular.
La jubilación es la acción o efecto
de jubilar o jubilarse que sucede aproximadamente a los 65-67 años; pero,
aunque obedece a un término socioeconómico relacionado con la vida laboral,
también tiene implicaciones en otros ámbitos de la vida de la persona:
psicológico, afectivo, relacional, existencial, etc. (Lourdes Bermejo, 2006)*.
* Giró
Miranda (2006): Envejecimiento activo. Envejecimiento en positivo. Universidad
de la Rioja
¿Jubilación
es sinónimo de vejez?
Al haber estado establecida
legalmente la edad de inicio de la jubilación en los 65 años, se ha asumido en
todos los ámbitos sociales, académicos, profesionales, etc., esta misma edad
cómo inicio de la vejez, aunque este dato sigue más un criterio administrativo
que real (no tiene en consideración la salud, ni la economía, ni las relaciones
sociales, etc.).
En la Encuesta del CIRES (1992),
según la población general, la edad es la característica más importante (54%)
para definir a una persona como mayor, seguida del aspecto físico (16%), la
forma de ser (8%), la capacidad física (6%), la jubilación (3%), la capacidad
intelectual (3%) o la sabiduría (3%).
Sin embargo, para el jubilado, una
de las principales consecuencias iniciales es la toma de conciencia del
envejecimiento (Buendía, 1994). Los estereotipos asociados a la vejez (falto de
valor, feo e inservible) dañan la autoimagen y la autoestima de la persona que
hasta el momento se consideraban como útiles y válidos para la sociedad. La
propia autoestima de la persona determinará la imagen, las emociones, los
deseos y los objetivos que marcarán la jubilación de la persona (Buendía,
1993).
¿Qué implica
la jubilación en la vida de una persona?
El ser humano, además de recorrer
distintas etapas en su vida marcadas por el tiempo (niñez, adolescencia,
adultez, vejez, etc.), va viviendo distintos acontecimientos en su vida que
pueden marcar el paso de una etapa a otra o influir en la adaptación a las
mismas (matrimonio, cambios de residencia, tener un hijo, etc.).
Durante la adultez, la persona ocupa
la mayor parte de su tiempo en trabajar, lo que le lleva a estructurar su vida
en función del trabajo, influyendo en sus relaciones sociales, su estatus económico,
su estatus social, etc.
La jubilación es otro de estos
acontecimientos que la persona tiene que afrontar y adaptarse a las características
de su nuevo rol.
Esta etapa vital viene dada,
normalmente, por imperativo legal y no por el deseo de la persona trabajadora,
lo que podría llevarnos a preguntarnos los efectos psicológicos que pueden
“sufrir” los trabajadores ante esta imposición de la edad de jubilación,
considerándolo como una situación que atenta contra la libertad del individuo
de decidir el momento para jubilarse.
Cambios en los ingresos,
disminuyendo en relación con la etapa laboral, y que exige una reestructuración
de los gastos.
Cambios en las relaciones sociales,
que podían estar establecidas fundamentalmente con compañeros de trabajo.
Cambios en el estatus social,
relacionado con la asociación establecida con la vejez, los estereotipos y
cargas de desvalorización social
Aumento del tiempo libre, exigiendo
una reestructuración del mismo.
Ventajas:
Más tiempo libre para dedicarlo a lo
que la persona desea
Finalización de tareas del trabajo
que no eran agradables para el trabajador
Más tiempo para estrechar las
relaciones con las personas cercanas como la pareja, los familiares y los
amigos.
Inconvenientes:
Abandono de actividades relacionadas
con el trabajo que le hacían sentirse realizado o con las que se sentía a
gusto.
Pérdida de rol social, estatus
económico, estatus social y familiar
Tiempo libre que antes estaba
ocupado por el trabajo
Menor número de relaciones sociales,
que pueden llevar a una reducción del apoyo social.
La jubilación consta de dos momentos
principales (Moragas, 1991), el antes y el después de la jubilación. En la fase
anterior al momento de la jubilación, el trabajador va tomando decisiones
acerca de cómo espera que sea el proceso de su jubilación y planteándose
distintas alternativas. La fase posterior sería aquella en la que la persona
acepta su rol de jubilado.
Havinghust el al (1969) distingue
varios momentos tras la jubilación:
Inmediata al cese del trabajo: el
trabajador se siente frustrado al no tener actividad y con un estado de
ansiedad permanente
Dominado por la inquietud por
encontrar un nuevo rol
Estabilización, al encontrar un rol
que le permita compensar su falta de actividad.
Atchley (1975)* propone 5 fases:
·
Prejubilación:
cuando el trabajador imagina cómo será su vida de jubilado mientras continúa en
activo,
·
Jubilación:
se inicia una vez se ha formalizado el retiro y puede experimentarse de tres
maneras posibles: Euforia y liberación asociada al abandono de las obligaciones
laborales –luna de miel-, continuidad con las actividades de ocio previas a las
que se les dedica más tiempo,r elax y descanso asociado al abandono de las
obligaciones laborales.
·
Desencanto:
cuando el jubilado descubre que el día a día no se corresponde con lo que había
pensado o soñado
·
Reorientación:
es el momento de planificar de manera más realista el periodo de jubilación,
adaptándose a la nueva realidad, económica y social
·
Estabilidad:
el momento en que el rol de jubilado es coherente con la persona y se crea una
rutina estable y en consonancia con las actividades y emociones de la persona.
No siempre se experimentan todas las
fases, a veces sólo se pasa por algunas de ellas.
* Aymerich
et al (2010). La adaptación a la jubilación y sus fases: Afectación de los
niveles de satisfacción y duración del proceso adaptativo. Anales de psicología,26,(1).
¿Existen
estereotipos asociados a la jubilación?
Como señala Lourdes Bermejo(2006)*,
los estereotipos más habituales relacionados con la jubilación son:
Vejez y jubilación son conceptos
sinónimos. Cada
vez tiene menos consistencia esta asociación, pero es preciso tener en cuenta
que la vejez está cargada de muchos estereotipos negativos, y que estos se
“vuelcan” en la percepción que se pueda tener de la jubilación.
La edad de jubilación son los 65
años. Cada vez
tiene menos peso y está más alejado este estereotipo de la realidad, dado que
social y políticamente se van produciendo cambios que hacen que la edad de
jubilación varíe entre los trabajadores (prejubilaciones, jubilaciones
parciales, etc.).
La jubilación es un hecho puntual. La jubilación es un proceso,
una transición del trabajo al no trabajo que no empieza ni finaliza cuando el
trabajador se jubila.
El proceso de jubilación no sigue
una secuencia. Los
estudios indican que existen distintas etapas durante el proceso de la jubilación,
aunque no todos los jubilados pasan por todas las fases o éstas duren el mismo
tiempo.
Todas las jubilaciones son iguales. No todas las jubilaciones son
iguales, del mismo modo en que no todas las personas son iguales ni los
trabajos que desempeñan.
* Giró
Miranda (2006): Envejecimiento activo. Envejecimiento en positivo. Universidad
de la Rioja
¿Es
satisfactoria la jubilación?
Esta es una cuestión controvertida,
dado que hay estudios que indican que hay una relación estadísticamente
significativa entre la jubilación y la satisfacción vital; sin embargo, otros
estudios señalan que o bien esta relación es positiva o bien no encuentran
relación. Como indica --- la falta de consistencia de los estudios
transversales puede ser la causa de los resultados tan dispares de estas
investigaciones.
Cuando se analizan los estudios
longitudinales, antes y después de la jubilación, los jubilados muestran una
disminución de la ansiedad y un aumento del bienestar después de la jubilación.
Sin embargo, otros estudios encontraron una reducción del bienestar y la
satisfacción vital en los primeros meses de la jubilación.
Por tanto,
¿la jubilación es un momento positivo para la persona?
Hay autores que consideran que tras
la jubilación, al perder el rol de trabajador, la autoestima de la persona se
puede ver reducida; mientras que otros encuentran que los jubilados tienen un
mejor autoconcepto de si mismos al encontrarse con una situación social y
económica favorable para ellos.
Por ello, podemos concluir que cada
persona vive la jubilación de una manera, percibiéndola como algo positivo o
negativo en función de sus capacidades de afrontamiento, sus expectativas, el
grado de preparación (económica, social, etc.), vivencias de personas cercanas
de la etapa de la jubilación, estado de salud, etc.
Como señala Moragas (1989)*, la
jubilación implica a la persona y a su ambiente social. No sólo se producen
cambios en la persona, sino que hay factores como la capacidad económica, las
relaciones sociales, etc., así como sus expectativas de vida, percepción de la
etapa de la jubilación, etc. que influyen en la percepción de su propia
jubilación y en las personas que le rodean.
* Moragas
(1989). La jubilación. Un enfoque positivo. Barcelona: Grijalbo
¿Qué
factores influyen en la percepción positiva de la jubilación?
Disponer de recursos suficientes
Buena salud
Vínculos familiares y sociales
Compromiso y valor que se le
atribuye al trabajo y a la productividad
* Pastor et
al (2003). Significados asociados a la jubilación e influencia con la actividad
de ocio y la ética del trabajo. Rev.Mult.Gerontol. 13 (1): 15-22.
¿Todos los
jubilados experimentan la jubilación de la misma manera?
Al igual que cada persona le otorga
un valor o unos aspectos positivos o negativos al trabajo, también le damos una
importancia o una visión diferente a la jubilación, no teniendo por qué
coincidir con otras personas de nuestro entorno, o incluso con nuestros
compañeros de trabajo.
Honstein y Wapner (1985) dividen en
cuatro grupos a los futuros jubilados en función de los modos de experimentar
la jubilación, atendiendo a las distintas características y necesidades que
presentan y demandan cada grupo.
·
Transición a
la vejez: para estas personas el retiro es experimentado como un tiempo para la
disminución del nivel de actividad y de reemplazar el trabajo o las relaciones
con los demás, es una necesidad de descanso, es una transición a la última fase
de la vida.
·
Nuevo
comienzo: La jubilación es una bienvenida a una nueva fase d ela vida, es un
periodo para llevar a cabo las necesidades, deseos y objetivos de cada cual.
·
Continuación:
El retiro no es un evento de mayor importancia persona, es una continuidad de
los patrones de vida de la prejubilación y no constituye una crítica transición
desde una perspectiva psicológica.
·
Ruptura
impuesta: la jubilación constituye una imposición, una pérdida de los más altos
niveles de actividad, es como si una parte de la identidad personal se fuera
borrando.
Dependiendo del grupo habrá que
actuar de distinta forma en la preparación de estos trabajadores para efectuar
la transición al nuevo estadio de vida con el mayor éxito posible.
* Madrid,
A.J. y Garcés de los Fayos, E.J. (2000). La preparación a la jubilación:
Revisión de los factores psicológicos y sociales que inciden un mayor ajuste
emocional al final del desempeño laboral. Anales de psicología, 16 (1), pp.
87-99.
¿Por qué es
diferente el proceso de la jubilación entre los trabajadores?
Entre las teorías existentes acerca
de la adaptación a la jubilación, la teoría de la actividad y la teoría de la
desvinculación explican por qué la vivencia de la jubilación es diferente entre
los trabajadores:
La teoría de la Actividad
(Havisghurst, 1961), explica que una persona se adaptaría mejor a la jubilación
si es capaz de mantener las actividades que realizaba durante su etapa laboral
o comienza a realizar otras actividades que las sustituyan.
La teoría de la Desvinculación
(Cumming y Henry, 1961) señala que el momento de la jubilación implica una
ruptura con el mundo en el que se ha desarrollado durante su etapa laboral, y
que a partir de la jubilación se reducen sus relaciones sociales, y por tanto,
se produce un cierto aislamiento social.
Madrid y Garcés de los Fayos (2000)
realizan un análisis de los principales factores que influyen en la percepción
de la jubilación:
Sexo: las mujeres presentan una menor
satisfacción al jubilarse (preocupación por una peor situación económica,
discontinuidad laboral por el cuidado de hijos, etc.)
La vida de pareja: El matrimonio puede ser positivo
en el momento de la jubilación, ya que es una etapa en la que se puede
disfrutar el tiempo con la pareja. Pero también se puede vivir de manera
negativa, por problemas de salud de la pareja, problemas económicos o
asincronía entre los miembros de la pareja.
Ser cuidador de personas
dependientes
Categoría y factores laborales: Al hablar de prejubilaciones o
jubilaciones anticipadas, a mayor categoría profesional (ocupaciones más altas,
mayor nivel educativo, funcionarios o personal del sector servicios) los
jubilados viven de manera más positiva la jubilación, mientras que los
trabajadores con niveles inferiores, menor formación y del sector
industrial, lo consideran como algo negativo.
Apoyo social: las personas que tiene un mayor
apoyo social, tendrán una mejor adaptación a la jubilación.
Ingresos económicos: un mejor estatus económico permite
un mejor ajuste a la nueva situación.
Estado de salud general: El estado de salud del jubilado
depende principalmente con su estilo de vida y su cuidado de la salud antes de
la jubilación.
Planificación: una planificación de la jubilación
permitirá un mejor ajuste a la misma.
Nivel educativo: a mayor nivel educativo, mejor
ajuste.
Variables de la personalidad: Neuroticismo: puntuaciones más
altas pueden llevar a experimentar emociones negativas y comportamientos no
adaptativos. Extraversión: los más extravertidos son más felices dado que
pueden permanecer activos y socialmente comprometidos. Dureza emocional: Se
adaptarían mejor al proceso de la jubilación, al sentirse menos amenazados por
los cambios. Locus de control interno: mejores niveles de autoestima y mejor
ajuste psicológico a la jubilación. Personalidad Tipo A: Su fuente principal de
satisfacción es el trabajo y el reconocimiento social, por lo que la jubilación
sería percibida como algo negativo.
* Madrid,
A.J. y Garcés de los Fayos, E.J. (2000). La preparación a la jubilación:
Revisión de los factores psicológicos y sociales que inciden un mayor ajuste
emocional al final del desempeño laboral. Anales de psicología, 16
(1), pp. 87-99.
¿Podríamos
definir distintos grupos de jubilados?
Los jubilados no constituyen un
grupo homogéneo, y distintos autores (Moragas, 1989, 1991; Lehr, 1980) proponen
cinco "perfiles de jubilados", aunque esta clasificación sería para
describir a la población de jubilados hombres:
o El Maduro: tiene una actitud
constructiva, y disfruta con la experiencia de la jubilación.
o El pasivo o "casero" es el
que disfruta de su jubilación como momento para descansar.
o El defensivo-activo o blindado:
planifica un sinfín de actividades para no sentir la ansiedad que le provoca la
inactividad laboral
o El colérico: no se adapta a la
jubilación, está descontento, hostil y se siente frustrado.
o El autoagresivo o autofóbico: no se
adapta y se culpa de sus frustraciones.
¿La
participación social compensa los beneficios que obtenía la persona en el mundo
laboral?
La participación en diferentes
actividades recreativas o el desarrollo de aficiones en grupos formales o
informales puede llegar a compensar algunos de estos beneficios que obtenía la
persona en su trabajo.
Las actividades pueden clasificarse
en tres tipos:
o Actividades experienciales: la
persona realiza la actividad por la satisfacción que obtiene de la propia
actividad.
o Actividades sociales: son
reforzantes y permiten establecer o mantener vínculos sociales y contactos
positivos con otras personas.
o Actividades de desarrollo: la
actividad se realiza con el objetivo de conseguir una meta gratificante para la
persona y que exige un esfuerzo.
* Pastor et
al (2003). Significados asociados a la jubilación e influencia con la actividad
de ocio y la ética del trabajo. Rev.Mult.Gerontol. 13 (1): 15-22.
¿Qué opinan
los jubilados de la Jubilación?
En un estudio realizado con personas
recién jubiladas (Forteza, 1990), los jubilados decían en relación a la
jubilación (en orden decreciente de aparición):
o Sentimiento de libertad de ser capaz
de pasarlo bien.
o Disposición de tiempo para dedicarse
a los entretenimientos preferidos.
o Idea de haberse hecho viejo.
o Tiempo de descansar relajarse tener
una vida cómoda.
o El fin de la vida de trabajo.
o Mala salud.
o Tiempo para disfrutar de la vida.
o Algo que hay que aceptar a lo que
hay que adaptarse.
o Pérdida de poder adquisitivo
o No tener nada que ahcer disponer de
un tiempo vacío.
o Aburrimiento tedio.
o Algo desagradable incluso
aborrecible.
o Soledad.
o Necesidad de buscar otros medios
para ganarse la vida.
*Forteza,
J.A. (1990). La preparación para el retiro. Anales de psicología,
6(2), pp. 101-114
¿Es
diferente el jubilado actual?
En 1989, Canes y García *
consideraban que dos épocas después podría empezar a hablarse de un nuevo
jubilado que tendría un alto nivel cultural, tiempo libre y hábitos de ocio,
con deseos de viajar, integrado socialmente, preocupado por su salud y con
proyectos para su futuro. Del mismo modo, Bazo (2000)* indica que los nuevos
jubilados cuentan con más recursos económicos, materiales y sociales que las
generaciones anteriores de jubilados, lo que les hace ser y sentir diferentes.
* Lisazo,
I., Sánchez de Miguel, M. y Reizábal, L. (2008). Factores psicológicos y salud
asociados con un nuevo perfil de jubilados. Revista de Psicología del Trabajo y
de las Organizaciones, 24 (3), pp.303-324.
¿Cómo es la
jubilación para la mujer?
La mayoría de los estudios que se
han realizado para analizar los efectos de la Jubilación en el trabajador han
tenido una visión androcéntrica. Los estudios más recientes confirman que la
jubilación también puede tener efectos negativos en la mujer aunque no haya
realizado un trabajo remunerado.
Para la mayoría de las mujeres no
supone un cambio tan brusco en las actividades como para el hombre. Se
considera que la trayectoria de la mujer en el mundo laboral no ha sido tan
lineal y continua como la de los hombres (al menos en las generaciones
pasadas).
La percepción de la jubilación
depende de la importancia o la manera en la que vive su trabajo. Castaño y
Martínez Benlloch (1990)* indican tres situaciones en las que se puede
encontrar la mujer trabajadora:
La mujer es la cabeza de familia o
bien su trabajo influye en la economía familiar. Esta situación la vive con
angustia, dado que se reducen los ingresos familiares (INE : el sueldo medio de
las mujeres en España durante 1998 equivalía al 76.5% del de los hombres).
Cuando el sueldo de la mujer es para
colaborar en la economía familiar, pero es la responsable también de las tareas
de la casa, la jubilación se puede considerar como un alivio de la carga
Cuando el trabajo que realiza le
satisface, las pérdidas que supone la jubilación son similares a las del hombre
(reducción de las relaciones sociales, prestigio social, independencia, etc.).
*Malla, R.
(2001). Mujer, jubilación y ocio. Revista Multidisciplinar de
Gerontología, 11 (4), pp. 186-188
¿Le afecta a
la mujer la jubilación de su pareja?
Son muchos los factores que
influirán en el ajuste de la pareja ante el nuevo cambio en el rol del
jubilado. Es preciso tener en cuenta que cada uno de los miembros de la pareja
tiene su propio espacio y autonomía personal, así como su manera de disfrutar
del tiempo libre. En el momento en que el compañero se jubila, el espacio del
que disfrutaba la mujer se puede percibir como “invadido”, por lo que ambos
deben prepararse y adaptarse a esta nueva situación.
¿Qué imagen
tiene la sociedad actual de la jubilación?
o Forteza (1990) realiza un detallado
análisis de los principales hechos o problemas que pueden ser conflictivos para
la sociedad en relación a la jubilación:
o El aumento de la población mayor y
el envejecimiento de la población activa es una de las mayores preocupaciones
políticas.
o Existe conflicto entre los intereses
de los jubilados y los de la población activa, por los gastos en las pensiones,
Seguridad Social, etc.
o Son muchas las personas mayores que
son jubilados en contra de su voluntad, aun contando con un buen estado de
salud física y mental.
o La jubilación puede tener en algunas
personas efectos negativos como problemas de ajuste personal, de integración y
de pérdida del sentido de la identidad.
o En la sociedad actual imperan los
valores asociados a la juventud, devaluando los aspectos positivos de la vejez.
o Aún son muchos los estereotipos
negativos y prejuicios asociados a la vejez
o El distanciamiento entre jubilados y
no jubilados hace que las relaciones, entre ambos sectores de la población, a
veces sean tensas.
o Uno de los estereotipos de la
jubilación es considerarla como un periodo pasivo, y la antesala de la muerte.
Sin embargo, esta lista de visiones
negativas relacionadas con la jubilación, como señala Forteza (1990) están más
generalizadas en países desarrollados, mientras que en otras sociedades más
tradicionales se mantiene el estatus más elevado de las personas mayores.
Forteza,
J.A. (1990). La preparación para el retiro. Anales de psicología, 6(2), pp.
101-114
¿Qué son los
Programas de Preparación a la Jubilación (PPJ)?
Los programas de Preparación a la
Jubilación proporcionan habilidades a los trabajadores que van a jubilarse para
adaptarse al momento de la jubilación de una manera positiva, proveyéndoles de
nuevas capacidades y estrategias, y reduciendo o eliminando los estereotipos
negativos asociados a la jubilación y a la vejez.
Esta formación específica puede
aportarle al futuro jubilado los recursos necesarios para aceptar la jubilación
como una etapa llena de posibilidades y oportunidades, alejado de la concepción
tradicional de jubilación como última etapa de la vida asociada con la vejez y
la enfermedad.
¿Cuáles son
los objetivos de los Programas de Preparación a la Jubilación?
Lourdes Bermejo (2006), señala los
siguientes objetivos que debe tener un adecuado Programa de Preparación a la
Jubilación (PPJ):
o Preparar a los trabajadores para que
disfruten del máximo nivel de bienestar individual y social en la nueva etapa
vital que es la jubilación.
o Transmitir información y favorecer
el desarrollo de competencias para el afrontamiento de la jubilación y para la
planificación de la nueva etapa vital.
o Tomar conciencia de los cambios que
se van a producir, las oportunidades que se abren y los ajustes de actitud que
se requieren.
o Mejorar la visión sobre los
estereotipos deterministas de los conceptos de jubilación y vejez y
reemplazarlos por una visión más realista y positiva de esta etapa vital.
o Favorecer que puedan planificar su
futuro tras la jubilación.
o Favorecer la adquisición de
habilidades de afrontamiento psicológico a la jubilación.
o Desarrollar habilidades sociales
para establecer y mantener sistemas de apoyo social y relaciones
socio-familiares.
o Estimular y abrir vías para el uso
del tiempo libre
o Facilitar la participación en nuevas
formas de utilidad social y comunitaria.
o Potenciar estilos de vida sanos para
el mantenimiento de la salud física y mental.
o Informar sobre aspectos económicos y
jurídicos específicos de la nueva situación, sobre temas relacionados con la
vivienda, así como los recursos y servicios socio-sanitarios disponibles en el
entorno.
o Aplicar estrategias adecuadas para
facilitar el cambio de actitudes.
* Giró
Miranda (2006): Envejecimiento activo. Envejecimiento en positivo. Universidad
de la Rioja
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